Boletín 631

Título: LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Pasaje: 1 JUAN 4:1-10

 

Desde la caída de Adán en el huerto de Edén, el mundo ha estado dividido en dos bandos irreconciliables. La historia de Caín y Abel demuestra esta permanente realidad.

Muy temprano, en la Iglesia primitiva, surgieron herejías de gente que se infiltró para propagar sus propias doctrinas orientales y griegas.

Un ejemplo de estas falacias fue el docetismo, proveniente de la filosofía platónica, que propagó la mentira de que Cristo no había sido crucificado. Unos 30 años después, a comienzos del siglo II, se infiltraron los gnósticos que propagaron la mentira de que Cristo ni siquiera había nacido de María.

En aquel primer siglo, la cultura estaba dominada por las religiones de misterio y la filosofía de Platón. Tengamos en cuenta que solo una pequeña minoría sabía leer y escribir y el 70% de la gente era esclava. La vida para la inmensa mayoría era miserable y sin esperanza. La mayoría moría antes de los 30 años por las guerras y las infecciones.

El cristianismo bíblico irrumpió como la primera cosmovisión que dignificaba a toda esta gente que vivía como animales bajo la autoridad de amos crueles y perversos.

Imagínense a decenas de miles de maltratados escuchando la buena nueva de que si creían en Jesucristo al morir irían a disfrutar de vida eterna, porque todos sus pecados eran perdonados solo por fe en el Redentor que pagó por ellos.

Las otras creencias o cosmovisiones eran solo para iluminados y estudiosos, que tenían que acumular méritos personales para llegar al cielo donde habitan sus dioses.

Jesús es el único Dios que ofrece rescatar a los considerados más viles e insignificantes para la sociedad. ¿Imaginas el poderoso impacto del mensaje Jesucristo en aquella época?

En nuestra época la inmensa mayoría tiene comida, ropa y techo, más del 80% de la población sabe leer y escribir y su principal preocupación es la moda, la apariencia personal, el fútbol, la TV y la rumba del fin de semana. El cristianismo no es atractivo para la mayoría de este mundo próspero e ilustrado.

Yo prefiero ser como la gente del pueblo de hace 2.000 años, por ello he de considerar mi educación, riqueza, apariencia y demás vanidades algo insignificante ante el tesoro invaluable de la fe en mi Salvador. Y tú ¿qué consideras más valioso en tu vida? Te animo a considerar como perdido todo lo que para el mundo resulta valioso ante las riquezas que te ofrece el Salvador Jesús.


PREGUNTAS

Lunes: 1 Juan 4:1-10

¿A qué tipo de espíritus se refiere Juan cuando nos dice que debemos probarlos?

Martes: 1 Juan 4:1-10

¿Por qué es tan importante confesar que Jesucristo vino en carne?

Miércoles: 1 Juan 4:1-10

¿Por qué es tan peligroso negar o dudar que Jesucristo no vino en carne?

Jueves: 1 Juan 4:1-10

¿Por qué los del mundo no nos pueden oír a nosotros los cristianos?

Viernes: 1 Juan 4:1-10

¿Cuál es el amor que origina los demás tipos de amor?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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