Boletín 840

Título: EL DEBER DE TRABAJAR

Pasaje: 2 Tesalonicenses 3

No se sabe exactamente por qué muchos creyentes de Tesalónica estaban desocupados y sin querer trabajar. Quizás fue el hecho de pensar que, al convertirse al evangelio, las cosas pasadas, incluido el trabajo, no tenían relevancia o ya eran algo secundario; o tal vez, pudo ser producto de lo que ellos estaban pensando acerca del final de los tiempos.

Muchos cristianos adoptan esta misma posición hoy día, pensando que ya la vida en esta tierra es irrelevante, les encanta la frase “para qué trabajar tanto si esto va a pasar”, pero es solo una frase para legitimar la pereza y ociosidad que los domina.

Demasiado tiempo libre se convierte en un enemigo, pues comienzan a entrometerse en lo ajeno visitando casa por casa en cualquier día y hora de la semana, dando lugar al chisme, la murmuración y todo tipo de malos comentarios. Adoptan de este modo una conducta desordenada en sus vidas, pues dejan de ocuparse de los suyos, de proveer para su alimentación, comida y vestido para estar pendiente de los demás. Finalmente se vuelven contenciosos y una carga para los hermanos de la congregación que son esmerados y responsables.

El carácter de Dios nos muestra a una persona trabajadora, ocupada, con poco tiempo para perder, Él ha estado en actividad desde siempre; igualmente, el Señor Jesucristo nos enseñó que desde muy temprano comenzó a trabajar con su padre terrenal José, en la carpintería; y Pablo, siendo un hombre tan ocupado en la obra de Dios también nos mostró su diligencia para conseguir el pan de cada día y no ser carga para nadie.

Por esta razón, Pablo da una exhortación drástica frente a los que anda de manera desordenada y perezosa:

  1. Señalarlo.
  2. No juntarse con quien ande de tal manera, para que se avergüence.
  3. Amonestarlos como a un hermano para que trabajen y suplan su necesidad.

Aunque parece una posición muy fuerte, es la única manera de ayudar a la persona a comprender el error en que ha caído.

 

 

 

TEXTO PARA MEDITAR

“A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan” —2 Ts 3:12


DEVOCIONAL:

Lunes. 2 Ts 3:12.

¿Qué significa señalar y apartarse del hermano que ande desordenadamente?

Martes. 2 Ts 3:12.

¿Cuál es el propósito de este mandamiento de señalar y apartarse del hermano?

Miércoles. 2 Ts 3:12.

¿Cuál es el peligro de que no se corrija a quienes andan de esta manera?

Jueves. 2 Ts 3:12.

¿En qué circunstancias se debe ayudar económicamente a un hermano y hasta qué punto?

Viernes. 2 Ts 3:12.

De ejemplos prácticos para ayudar a una persona en esa situación.

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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