Boletín 846

Título: RESTAURACIÓN DEL PUEBLO DE ISRAEL

Pasaje: 1 Samuel 7:1-17

Cuando el arca del pacto fue devuelta, no regresó al lugar de adoración que era Silo, sino que fue puesta en casa de Abinadab y se constituyó a su hijo Eleazar como guardián de ella. Durante veinte años, el pueblo de Israel anhelaba al Señor. Samuel les mandó a quitar los dioses falsos y las imágenes de Baal y de Astarot y a preparar sus corazones para servir a Dios quien les liberaría de los filisteos. Y le obedecieron.

Entonces Samuel reunió a todo el pueblo en Mizpa que quiere decir “un lugar alto.” Dijo que oraría por ellos a Jehová.  Ellos ayunaron y derramaron agua delante de Jehová, lo que mostró su arrepentimiento por su pecado.  El agua es símbolo de purificación.

Los filisteos pensaban que ésta sería una buena oportunidad para atacar Israel. Subieron los filisteos contra Israel y el pueblo tuvo temor. Entonces, el pueblo pidió a Samuel no cesar de orar por ellos. Samuel, entonces sacrificó un cordero a Jehová, clamó a Dios y Él le oyó.  Dios envió un gran ruido como un trueno sobre los filisteos que les causó mucho temor y confusión e Israel los venció.

Samuel temía que el pueblo de Israel se olvidaría pronto de esta gran victoria del Señor.  Por eso, él levantó una gran piedra para ayudarles a recordar y lo llamó “Ebenezer,” que quiere decir “piedra de ayuda” diciendo hasta aquí nos ayudó Jehová. Los filisteos devolvieron las ciudades que habían sido ya tomadas y no volvieron a pelear con Israel por el resto de la vida de Samuel.

En este capítulo vemos tres ilustraciones o símbolos de nuestro Señor Jesucristo.  El cordero que murió como ofrenda a Dios es como el Señor Jesucristo que murió por nosotros (He 9:14). Luego, Samuel oró por el pueblo como nuestro Señor intercede por nosotros (He 7:25).  Finalmente, Ebenezer fue la piedra puesta para que el pueblo pudiera recordar lo que Dios ha hecho por el pueblo.  Nosotros tenemos el pan y el vino para recordar lo que el Señor ha hecho por nosotros en la cruz.

 

 

TEXTO PARA MEDITAR

“Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” —1 Sam 7:12


DEVOCIONAL:

Lunes. 1 Sam 7:1-2.

¿Qué estuvieron los Israelitas adorando durante 20 años cuando el arca del Señor estaba en Quiriat-Jearim? ¿Por qué el pueblo de Israel se lamentaba durante este tiempo? ¿En qué momentos lamentamos en cuanto a nuestra relación con el Señor?

Martes. 1 Sam 7:3-4.

¿Cuáles requisitos pidió Samuel para volver a tener una relación con Jehová? ¿Por qué son tan importantes?  Mateo 6:24. ¿Ha habido algo en tu vida que es o era como un ídolo que no querías abandonar?  ¿Cómo afectó tu relación con el Señor?

Miércoles. 1 Sam 7:5-11.

¿Qué hicieron los Israelitas al llegar a Mizpa? ¿Cómo demostraron su arrepentimiento? ¿Hay momentos cuando debemos ayunar? ¿Cuándo? Cuando los filisteos vinieron a atacar, los Israelitas se arrepintieron de su pecado.  ¿Cómo fue esto diferente de su reacción en el capítulo 4?

Jueves. 1 Sam 7:12.

¿Por qué es tan importante tener algo material para recordar un evento?  ¿Cómo hacen los colombianos esto hoy en día como ciudadanos y como familias? ¿Qué quiere decir la palabra “ebenezer”?  Génesis 49:24. ¿Cómo ha mostrado el Señor una roca de ayuda en tu vida? ¿Hasta cuándo nos ayudará Dios? ¿Qué cosas has puesto o puedes poner en tu vida para recordar como Dios te ha ayudado?

Viernes. 1 Sam 7:13-17.

¿Cómo fue Dios justo, bueno, y fiel con Israel durante este tiempo? ¿En qué consistía el ministerio de Samuel durante toda su vida? ¿Descuidó Samuel a su familia por la obra? ¿Cómo es la vida de Samuel, un ejemplo para nosotros?

Einnerlink

Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

Deja un comentario