Boletín 865
Título: LO MEJOR QUE PUDO HACER
Pasaje: 1 Samuel 28:1-25
Uno de los mayores anhelos del ser humano es tener una vida tranquila, estable en todos los aspectos de la vida. A la hora de tomar decisiones nos vemos inclinados siempre a lo que parezca más seguro, sin problemas. También tendemos a pensar solo en lo inmediato y no en las consecuencias que puedan ocurrir el día de mañana después de esa decisión. Eso sucede a la hora de pensar en una pareja, un empleo, un vecindario para vivir, un negocio, etc. Pensamos que aquello es “lo mejor que podemos hacer” o la mejor decisión. Aunque es posible que a los ojos de Dios no sea lo mejor.
En el capítulo 27 de 1 Samuel observamos que David tomó la decisión de irse a vivir junto con sus guerreros y sus respectivas familias a la tierra de los filisteos, los cuales eran enemigos del pueblo de Dios. Esta decisión la tomó pensando en tener un lugar seguro donde vivir, fuera del alcance de Saúl. Hubo desconfianza en las promesas de Dios, ya que David dice que “al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl”.
David decide vivir en una ciudad llamada Siclag, alejada de la capital del reino. Desde allí, David junto con sus hombres lanzaba ataques constantemente contra pueblos enemigos de Israel, como lo eran los gesuritas, gezritas y los amalecitas. No obstante, David tenía que mentir constantemente a Aquis, rey de Gat diciendo que había atacado a personas de su misma nación. No podía dejar a nadie con vida que pudiera decir la verdad de lo sucedido a Aquis. Finalmente vemos que David y sus hombres se ven comprometidos a apoyar a Aquis en una guerra contra Israel, actuando David mismo como guardaespaldas personal del rey.
De este capítulo aprendemos a fiarnos del Señor de todo corazón y no apoyarnos en nuestro propio entendimiento (Prov 3:5). Porque cuando tomamos decisiones basadas en el temor o en nuestra propia inteligencia seguro tropezaremos tarde o temprano, pues solo Dios conoce lo que es mejor para nosotros.
TEXTO PARA MEDITAR
“Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.” —1 Samuel 27:17
DEVOCIONAL:
Lunes: 1 Sam 27:1-4
Según David, ¿qué era lo mejor que podía hacer en ese momento? ¿Fue una buena decisión pasarse a vivir allí? ¿Qué promesas y qué hechos poderosos de Dios ignoró u olvidó David al proceder así? ¿Qué podemos aprender de la forma en que tomamos decisiones día a día?
Martes: 1 Sam 27:5-8
¿Por qué David decidió vivir en la ciudad de Siclag? ¿Qué ventajas podría tener allí? Es posible que David no quería comprometerse con Aquis y los filisteos de manera muy seria, pero obtener beneficios al mismo tiempo? ¿Es esto una actitud de alguien que es “un tibio”?
Miércoles: 1 Sam 27:9-11
¿Fue correcto el asesinar y despojar a esos pueblos en el contexto de la guerra que Dios tenía con ellos desde tiempos anteriores? ¿Qué tenía que hacer David para sobrevivir? ¿Era David realmente exitoso en lo que hacía?
Jueves: 1 Sam 27:12-28:1-2
¿Por qué Aquis creía a David? ¿Qué obtuvo David al hacerle creer a Aquis que era tan exitoso en sus batallas? ¿Qué aprendemos de esto?
Viernes: 1 Sam 29: y 30:1-18
Observando el desenlace de la estadía de David en la tierra de los filisteos, ¿qué podemos concluir de las consecuencias de sus decisiones y la fidelidad de Dios. ¿Al fin y al cabo, donde era más seguro vivir?