Boletín 889
Título: DISCIPLINA, PERDÓN Y RESTAURACIÓN
Pasaje: 2 Co.2:1-11
En la actualidad, pocas veces nos detenemos a pensar en la tristeza que causa el pecado de un hermano en la iglesia; parece que esto es algo anticuado para la iglesia de hoy; también obedece a que cada vez el pecado se trata con mayor liviandad, o porque en muchos casos ni siquiera se ejerce la disciplina congregacional.
Sin embargo, en la experiencia que relata la Biblia en el capitulo 2 de la segunda carta a los corintios, el pecado de un joven denunciado en la primera carta capitulo 5, fue bastante traumático tanto para él como para la iglesia, al punto de que la tristeza causada a la iglesia debió ser tratada por Pablo en la segunda carta, con el propósito de llegar a una restauración plena.
La disciplina que se le impuso a este joven surtió el efecto deseado, su arrepentimiento – ahora era necesario que la iglesia lo perdonara, a fin de que Satanás no tomara provecho de esto.
La disciplina y la restauración es un asunto de iglesia, nos incumbe a todos, no es algo que debería importar solamente al implicado. La iglesia es el cuerpo de Cristo, y el pecado de uno afecta a todos.
El exceso en una disciplina severa puede causar desanimo en el creyente que ha fallado, y la iglesia que no sabe perdonar al ofensor arrepentido difícilmente logrará restaurar. Esta situación puede ser utilizada por el enemigo para tomar ventaja, de ahí la importancia de que toda disciplina esté dirigida a la restauración y no solo a castigar.
Muchas iglesias acostumbran a tachar de por vida a quien comete un error, como si la disciplina fuera una sanción perpetua; más Dios nos muestra el camino de la gracia hacía el pecador arrepentido, el cual debe ser reintegrado a la comunión y servicio.
Una vez más la palabra de Dios nos enseña que la corrección sin misericordia y gracia no produce restauración, y solo deja heridas en la congregación.
TEXTO PARA MEDITAR
“Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” —Gá.6:1
DEVOCIONAL:
Lunes 2 Corintios 2:1-4
¿Qué fue lo que en principio causó tristeza a Pablo? ¿Por qué Pablo en la primera carta les escribió con mucha tristeza? ¿Era valida esta tristeza?
Martes 2 Corintios 2:5
¿Quién había causado tristeza a la iglesia y por qué? ¿Quién impuso el castigo o disciplina a esta persona y en qué consistió la disciplina? ¿Debe la iglesia disciplinar de esta manera en la actualidad?
Miércoles 2 Corintios 2:6-7
¿Cómo se encontraba el hermano que había pecado? ¿Qué debía hacer la iglesia con esta persona? ¿Qué habría pasado si la iglesia no lo perdonaba?
Jueves 2 Corintios 2:8
¿Qué significaba “afirmar vuestro amor por él”? ¿Qué buscaba Pablo con todas estás ordenes a la iglesia de Corinto?
Viernes 2 Corintios 2:9-11
¿Qué significa el perdón de la iglesia en este caso? ¿Puede la iglesia perdonar pecados? ¿Por qué Satanás podría tomar provecho de la falta de perdón de la iglesia?