Efesios
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- Fecha de creación enero 3, 2018
- Última actualización enero 3, 2018
Efesios
Efeso, la cuarta ciudad más grande del imperio romano, era sede del culto a la diosa Artemisa de Grecia (conocida entre los romanos como Diana). De todas las deidades de Asia, ninguna tenía más devotos que Artemisa.
Ya en los días del apóstol Pablo, Efeso había perdido su hegemonía como centro comercial debido a que su puerto dejó de ser navegable. De ahí que la supervivencia económica de la ciudad pasó a girar entorno al culto a Artemisa. Muchos habitantes de la ciudad se enriquecieron debido al comercio relacionado con Artemisa, que tenía como clientes a turistas y peregrinos. Los plateros se ganaban la vida vendiendo imágenes de la diosa y de su templo. Los mesoneros obtenían exorbitantes ganancias debido al gran número de adoradores que llegaban a la ciudad; adoradores que recorrían grandes distancias para visitar el templo de Artemisa, el cual era una de las siete maravillas del mundo. La tesorería del templo llegó a funcionar como banco financiero, y a muchos, incluso a reyes, les prestaba enormes sumas de dinero. Y como Artemisa era l a patrona del sexo, en el burdel de dos pisos de la Vía Marmórea, las prostitutas ofrecían sus servicios sin que nadie las juzgara por eso. Aunque Artemisa era la atracción principal de Efeso, en esa ciudad también se conjuraba toda clase de magia y hechicerías.
Fue dentro de ese marco histórico, que Dios envió a Pablo para que viviera en Efeso; lugar en el que Dios establecería una iglesia para Sí, una luz que iluminara las tinieblas ocultistas de aquella ciudad.
Este breve resumen del marco histórico y cultural de la carta a los Efesios te ayudará a entender el porqué Pablo escribió esta carta a esa iglesia. Hoy en día, su mensaje es tan necesario como lo fue en los años 60 a 62 d.C; fecha en que Pablo escribió esta carta desde su prisión en Roma.