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• Fecha de creación enero 3, 2018
• Última actualización enero 5, 2018

Romanos

El evangelio que predicaba Pablo, el de la justificación por fe, se hallaba bajo ataque. Mientras que algunos se oponían abiertamente a este evangelio, otros lo torcían para acomodarlo a sus propias ambiciones. Los Judaizantes decían que, aun cuando la salvación fuera por gracia, el creyente era "guardado" por la ley. El los insistían en que la circuncisión era necesaria para la salvación. Al otro extremo estaban los anárquicos ( de "anarquía" = vivir sin ley); el los enseñaban que uno podía ser salvo por gracia, y a pesar de eso, seguir viviendo como a uno mejor le pareciera. ¡Qué incluso se podía continuar pecando!

Sólo una clara explicación del evangelio podría refutar tales errores. Pablo, ansioso de mostrar el poder que tiene el evangelio para salvar y santificar tanto a Judíos como a Gentiles, actuando como buen abogado, hace comparecer ante el estrado al evangelio; a fin de que testifique de sí mismo, y sea sometido a juicio desde todos los ángulos posibles. El resultado de ese examen es la carta a los Romanos, una obra maestra de teología, escrita hacia el año 56 ó 57 d.C.