Boletín 697

Título: CONVIRTIENDO LA DERROTA EN VICTORIA

Pasaje: JOSUÉ 8:1-35


En el ultimo estudio pudimos ver como el pueblo de Israel fue derrotado vergonzosamente en su batalla contra la ciudad de Hai debido al pecado de un hombre y por no depender de la dirección de Dios. “Quien no aprende de sus errores está condenado a repetirlos”, dice un dicho popular. Una vez el pecado de Acán fue juzgado, el pueblo tenía que hacerle frente de nuevo a sus enemigos, pero esta vez lo harían considerando su fracaso anterior. Debían aprender de sus errores.

Lo primero que observamos es a Dios reanimando a Josué: “No temas ni desmayes”. El temor y el desánimo son los principales obstáculos para levantarnos después de un fracaso, pero debemos confiar en lo que Dios ha prometido y fortalecernos en Él. Lo segundo que observamos es un llamado a la acción: “levántate”. Esta actitud implica dejar de pensar en la derrota del pasado y considerar las nuevas oportunidaes del presente. Tercero, la estrategía que debían seguir para ganar la batalla era diferente a la de Jericó (8:2). Dios tiene formas diferentes de obrar para cada situación; por eso debemos estar atentos a su dirección y no actuar basados en nuestra experiencia.

Una vez Israel derrotó a su enemigos, observamos una nueva consagración del pueblo en el valle, entre el monte Ebal y el monte Gerizim. Estos dos montes representaban respectivamente la “maldición y la bendición”. Sobre cada uno de los montes se enumerarían las bendiciones que recibirían los que obedecieran la ley de Dios, así como las maldiciones que les sobrevendrían a los que la quebrantaran (Dt. 24). El mensaje era claro: si guardaban toda la ley tendrían bendición, sino lo hacían, tendrían maldición.

Jesús fue el único que pudo cumplir toda la ley de Moisés. Sin embargo, murió en a cruz como un criminal, tomando nuestro lugar y recibiendo el castigo que nos correspondía a nosotros. Como creyentes, Cristo nos ha redimido de “la maldición de la ley”, pues se hizo “por nosotros maldición” (Gal. 3:13). Ahora hemos sido “bendecidos con toda bendición” (Ef 1:3).

Al morir en la cruz y resucitar, convirtió la derrota en eterna victoria!


PREGUNTAS

Lunes: Josué 8:1-2

¿Qué instrucciones le dio Dios a Josué para conquistar la ciudad de Hai? ¿Qué diferencias encuentras respecto a la campaña contra Jericó? ¿Por qué Dios actúa de una manera diferente para cumplir sus propósitos?

Martes: Josué 8:3-29

¿Cómo transcurrió la conquista de Hai? ¿Por qué esta vez sí pudieron vencer? ¿Por qué no debían dejar a nadie con vida? (Dt. 20:16-18) ¿Qué le ha sucedido a usted cuando olvida buscar la voluntad de Dios para un propósito en particular?

Miércoles: Josué 8:30-35

¿Qué significaban el monte Ebal y el monte Gerizim? (Dt. 27)

Jueves: Josué 8:30-32

¿Por qué debían ofrecer sacrificios y escribir la ley en el monte Ebal y no en el monte Gerizim? ¿Puede haber alguna similitud entre los eventos del monte Ebal con los del monte calvario?

Viernes: Josué 8:33-35

¿Por qué se habla de “la maldición de la ley” según Gal. 3:10-13? ¿Cómo hemos sido rescatados de esa maldición?

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