Desarrollo histórico del plan del Dios de la Biblia

Cuando uno estudia la Biblia y respeta su perspectiva histórica, emerge una realidad muy destacada: el Creador diseñó y está ejecutando un plan para la humanidad que contiene varios elementos cruciales e inamovibles, que son como la columna vertebral de su plan que afecta a toda la humanidad.

En su revelación escrita el Soberano de su creación se comprometió con 5 personas concretas a cumplir con varios eventos concretos en determinados momentos de la historia. Estos compromisos del Dios de la Biblia quedaron anunciados en el pacto de Dios con Abraham, ratificados y ampliados a Isaac, Jacob, Josué y David.

COMPROMISOS

Los compromisos del pacto con estos 5 personajes históricos son:

1. Una porción de tierra para Israel con fronteras claramente delimitadas a Josué y que abarcan porciones de países como Egipto, Siria, Jordania e Iraq. En este enorme territorio los judíos serán exaltados como la nación más importante durante mil años literales.

Parece imposible que esta promesa pueda cumplirse porque en 3,000 años de existencia del reino de Israel, que comenzó David, jamás han poseído tanta tierra. Hoy en día apenas posee 21,000 KM2, que es la tercera parte de Antioquia.

2. Un descendiente de David, que será el rey de todas las naciones. Este reino será terrenal y durará mil Años. Este rey será el juez de todos los seres humanos que hayan sido traídos a la existencia por el Creador. La Biblia reitera cientos de veces que este futuro rey es Jesucristo.

Mucha gente se sonríe con incredulidad frente a esta profecía. Pero estos incrédulos viven en la incertidumbre y no saben en qué creer.

3. La inclusión de gente de todas las naciones del planeta que disfrutarán de los beneficios de este reino.

Es trágico comprobar cómo millones han rechazado este regalo. Los que lo hemos aceptado por fe, anhelamos el cumplimiento de esta promesa divina.

UN PROBLEMA POR RESOLVER

Pero para el ser humano es imposible disfrutar de este reino con su naturaleza pecaminosa heredada de Adán.

Este problema lo resolverá el Creador mediante un cambio en nuestra naturaleza humana, evento clave que le reveló a Moisés en Deuteronomio 29 y 30, y que ratificó a Jeremías en el capítulo 31.

Este cambio es llamado el Nuevo Pacto.

Otros profetas también recibieron anuncios detallados de este cambio milagroso, como requisito para que podamos entrar al reino.

Jesús ratificó que este cambio sólo es posible por fe en su sangre, derramada para abrirnos la entrada a su reino. Por ello dice que su sangre y su carne son símbolos de este Nuevo Pacto.

SEÑALES QUE VISLUMBRAN EL INMINENTE CUMPLIMIENTO

Israel regresó en 1948 a una pequeña parte de la tierra prometida a Abraham, después de un larguísimo destierro de 19 siglos por haber rechazado el Nuevo Pacto que Jesús les ofreció en su primera venida como mediador y consumador de este Nuevo Pacto. Este renacer de la nación fue profetizada por

Ezequiel en la famosa visión del valle de los huesos secos.

Los eruditos judíos siempre han estado a la espera del comienzo del reino mesiánico y siempre ha sido la principal esperanza de los judíos en estos últimos 3,000 años.

Israel engendró a la Iglesia, a partir del año 32 DC, la cual está conformada por millones de personas de todas las naciones que han creído en el sacrificio de Cristo como la llave para entrar al reino. A lo largo de casi 2,000 años son millones de millones los que entrarán al reino de nuestro rey Jesucristo.

Si los eruditos cristianos y judíos más ortodoxos enseñan estas promesas ¿tú tienes alguna duda al respecto?

Por Santiago Villota

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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