Boletín 709

Título: El Dios de ayer y de hoy

Pasaje: Malaquías 3:6


Al terminar de estudiar el libro de Josué podríamos vernos inclinados a pensar que el Dios de ayer es diferente al de hoy, en cuanto a Su carácter o exigencias hacia el ser humano. Pero no es así pues Dios es inmutable (no cambia), según Mal.3:6. Él es igual de bondadoso, anhelando bendecir abundantemente al creyente. Asimismo, al igual que con los cananeos, sigue hoy prolongando Su misericordia a todos los hombres, con el fin de que ninguno perezca. También Su fidelidad es igual pues sigue cumpliendo todas Sus promesas (tanto de bendición como de maldición). De igual manera, Dios es Santo y sigue exigiendo una vida santa por parte de Sus hijos, disciplinándolos si es el caso, tal como ocurrió con Acán.

En segundo lugar, observamos que sigue siendo a través de la fe que el pecador arrepentido se acerca a Dios, tal como ocurrió con Rahab (He.11:31). Esta fe vino por el oír acerca de Dios y Sus hechos poderosos. También es la fe la que posibilita derribar todos los obstáculos en la vida del creyente, como ocurrió con los muros de Jericó (He.11:30).

Observamos también que al tomar posesión de la tierra prometida, el pueblo de Israel entró en el anhelado reposo provisto por Dios. Dios no solo quiso sacarlos de Egipto para que vagaran en el desierto, sino que quería que disfrutaran de las bendiciones de la “buena tierra”. De la misma manera, la salvación no es el fin de la vida cristiana, sino apenas el comienzo. El reposo para el creyente está en disfrutar de la plenitud de vida en Cristo. Sin embargo, los enemigos espirituales del creyente se opondrán a que disfrute su herencia en Cristo. Así como Israel, el creyente debe librar sus batallas espirituales, fortaleciéndose en el Señor y en el poder de su fuerza (Ef.6.10).

Finalmente, una de las advertencias más serias para el pueblo de Israel fue la de no olvidar al Señor para mezclarse con las naciones paganas, una vez se sintieran cómodos en sus heredades (Dt.8:11-20). Esta advertencia sigue igual de vigente para el creyente hoy en día (2Co.6.14).


PREGUNTAS

Lunes:

¿Cómo cambió su visión de Dios antes y después de estudiar el libro de Josué? ¿Qué aprendió acerca del carácter de Dios y de lo que exige de nosotros? Dé ejemplos concretos.

Martes:

¿Qué significa para usted, con sus propias palabras, entrar en el reposo de Dios? (He.4:1-11) ¿Qué bendiciones espirituales tiene usted hoy en Cristo? (Ef.1-2)

Miércoles:

¿Para qué sacó Dios a Israel de Egipto? ¿Para qué lo salvó a usted?

Jueves:

¿Cuál fue el “secreto” de Josué en sus facetas como líder y como hombre de hogar? ¿Cómo fue su vida antes de llegar a ser líder de Israel?

Viernes:

De manera práctica, ¿qué hizo Josué para evitar que Israel olvidara a Dios? ¿Qué sucedió con la generación que siguió a la de Josué? Porque piensas que pasó esto? ¿A qué nos debe motivar esto?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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