Boletín 952

Llegamos a una escena como de película, es increíble y atrapante, David huye de su hijo Absalón quien ha dado un golpe de Estado luego de valerse de su astucia para ganar la fidelidad de muchos israelitas y engañar a su padre.

Este versículo me estremece al leerlo detenidamente: Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos (…) 2 S.15:30. Pienso en este hombre, el pastor de las ovejas que venció a Goliat, que era vitoreado por mujeres por sus hazañas militares, el hombre que doblegó a todos los pueblos vecinos de Israel, ahora huía de su hijo descalzo, con la cabeza cubierta y de una forma intempestiva. Regresaban para a él los años de la persecución de Saúl. ¿Pero qué ha hecho este hombre para merecer esto? Era la disciplina decretada de Dios por el pecado que cometió al matar a Urías y tomar a su mujer. Seguramente las palabras de Natán hacían eco en su mente mientras escapaba por el desierto Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia (…) 2 Samuel 12: 11. 

A pesar de todo, no vemos a David quejándose, o renegando contra Dios, ni siquiera rechaza la condición en que se encuentra. Él asumió las consecuencias de sus actos. Así lo enseñan sus propias palabras mientras huía Pero dijo el rey a Sadoc: Vuelve el arca de Dios a la ciudad. Si yo hallare gracia ante los ojos de Jehová, él hará que vuelva, y me dejará verla y a su tabernáculo. Y si dijere: No me complazco en ti; aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere2 S.15:25.

Algo para resaltar es que, en medio de tal situación, David no cesó de adorar a Dios, sino que se derramó ante su Señor en oración al llegar a la cima del monte de Los Olivos “Cuando David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios” 2 S.15:32. En ese lugar y esa situación tan difícil, la Biblia nos enseña que David refugió su corazón en los brazos del Señor. Basta leer algunas palabras del Salmo 3: Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo (…)”

No importa que nos ha llevado al lugar del desierto, la persecución y/o el peligro, debemos ser sensatos y evaluarnos, humillarnos ante Dios, someternos a su voluntad y no cesar de adorarle, subir al monte santo, a adorar a Dios, a depositar nuestra vida en Su mano.

David subió la cuesta de los Olivos; iba descalzo y llorando, y con la cabeza cubierta en señal de dolor. Toda la gente que lo acompañaba llevaba también cubierta la cabeza y subía llorando —2 Samuel 15:30

DEVOCIONAL

Lunes 2 Samuel 15:1-6

¿Qué observa en el actuar de Absalón? ¿Pueden existir este tipo de personas en la iglesia?

Martes 2 Samuel 15:7-9

¿Por qué David actuó tan desprevenido ante la propuesta de Absalón? 

Miércoles 2 Samuel 15:10–12

¿Cómo califica la estrategia de Absalón? ¿Qué haría usted si alguien cómo Absalón lo invita a actuar de la manera en que él lo hizo frente otra persona?

Jueves 2 Samuel 15:13–24

¿Fue David prudente al salir huyendo? ¿Qué opina de los que fueron leales a David en ese momento tan difícil?

Viernes 2 Samuel 15:25-37

¿Qué cree que experimentó David en este evento de su vida? ¿Qué aprende esto que le pasó a David?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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