Boletín 949

Luego de que David fue confrontado, y antes de que él confesara o aceptara su pecado, Dios profirió el sentido de la disciplina que le sobrevendría. Es importante analizar la secuencia en que ocurren estos hechos; porque bien pudo David rebelarse contra la decisión de Dios, preguntarse por qué tan severa o enojarse contra lo que Dios había determinado, endureciendo su corazón.

En la mayoría de las ocasiones, las personas manifiestan arrepentirse de su error una vez son descubiertos, pero en el fondo no están dispuestos a asumir la corrección. Se suele decir – sí, cometí un error, perdón – pero hay una negación frente al hecho de que por ese error se debe asumir una consecuencia. 

Es aleccionador ver a David decir —Pequé contra Jehová después de escuchar lo que iba a pasar por su pecado. Esta declaración nos muestra nuevamente el corazón de David; él sin titubear aceptó no solo su error sino la consecuencia de ello que le fue declarada, y ese arrepentimiento le trajo liberación y perdón. 

El arrepentimiento genuino implica aceptar la disciplina de Dios, no rehusarse a ello es indispensable en el proceso de sanidad. Es en este punto donde verdaderamente se considera si hay humildad en nuestro corazón. Pedir perdón a Dios no es un acto ligero y vano, sino un acto de humillación y dolor por mi maldad – y Dios no rechaza el corazón que se acerca en esa condición, sino que le otorga perdón y salvación.

David sufrió las consecuencias de su error, pero el camino del arrepentimiento le trajo salvación, renovación interior, gozo, alegría y la restauración de la comunión con Dios, que es la fuente de vida para el creyente.

Él mismo describe este proceso en el Salmo 32:5 así:

“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado”

No importa la gravedad del pecado, el único camino para salir de allí y encontrar renovación, salvación y perdón, es el arrepentimiento y la confesión sin condición ni objeciones, aceptando la voluntad de Dios.

¿Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.. —2 Samuel 12:13

DEVOCIONAL

Lunes 2 Samuel 12:10-11

¿Cuál fue la consecuencia del pecado de David? ¿Podemos pecar sin sufrir ninguna consecuencia? ¿Por qué Dios disciplina este pecado de David públicamente?

Martes 2 Samuel 12:23

¿Cómo reaccionó David ante lo dicho por Natán? ¿Cómo reacciona usted cuando es corregido por Dios? ¿Qué aprende de Dios en este versículo?

Miércoles 2 Samuel 12:14-23

¿Qué aprende del obrar de Dios en este pasaje? ¿Hizo Dios justicia a Urías con esta disciplina a David? ¿Cómo observa el espíritu de David en estos pasajes?

Jueves 2: 12:24-25

¿Qué aprende del obrar de Dios con el nacimiento de Salomón? ¿Qué significa el nombre Jedidias?

Viernes 2 Samuel 12:26-31

¿Había descuidado David sus funciones por los eventos personales que estaba atravesando?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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