Boletín 887

Título: CONSOLADOS PARA CONSOLAR

Pasaje: 2 Co.1:1-11

La aflicción fue el compañero inseparable de Pablo desde que inició su ministerio. En todos los lugares donde arribaba, se levantaban los gentiles o los de su propia nación, provocando revueltas, apedreamientos, encarcelamientos, azotes. Asimismo, padeció hambre, sed, fatiga, frío, desnudez y estuvo cerca de la muerte por causa de la obra de Dios (2 Co.1:8; 11:23-28). Tal como dijo el Señor acerca de Pablo: “porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hch.9:16).

No obstante, Pablo no hablaba de estos acontecimientos para quejarse sino para mostrar los propósitos de Dios con la tribulación. Uno de estos propósitos es aprender a depender de Dios. Cuando somos abrumados más allá de nuestras fuerzas, dejamos de confiar en nosotros mismos y así nuestra fe crece y se fortalece (1:9). El Señor mismo nos consuela, anima, fortalece al depositar nuestras cargas en él. El Espíritu Santo es por excelencia, nuestro consolador o ayudador (Jn.14:16). Su labor incluye, entre otras, interceder por el creyente y animarlo, recordándole la Palabra de Dios (Jn.14:26; Ro.8:26). El término griego es Parakletos, o sea, uno llamado a estar al lado de otro.

El segundo propósito es el de contribuir a unificar el cuerpo de Cristo. Cuando Dios nos da su consuelo nos está equipando para también consolar a otros que están en situaciones parecidas (1:4; 1:7). Nada nos une más como creyentes que participar del dolor de otros, teniendo empatía. Cooperar con los hermanos en oración, intercediendo los unos por los otros, hará que abunden muchas acciones de gracias a Dios (1:11).

TEXTO PARA MEDITAR

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,  el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios” —2 Co.1:3-4


DEVOCIONAL:

Lunes.  2 Co.1:1-11.

Según el texto, cuáles son los propósitos de Dios al permitir la aflicción en la vida del creyente?

Martes. 2 Co.1:1-11.

¿Qué significa la palabra consolar? ¿Cómo realiza Dios la labor de consolar al creyente? Observar los textos del boletín.

Miércoles. 2 Co.1:1-11.

De manera práctica, observando la forma en que Dios consuela, ¿qué cosas debe usted hacer para consolar a otros creyentes? Puede apoyarse en el texto de Jn.14:15-30.

Jueves.  2 Co.1:1-11.

¿Cómo nos unifica el sufrimiento? ¿Cómo podemos cooperar con Dios en la labor de consolar a otros?

Viernes. Todas las citas anteriores.

¿Qué podemos concluir de este estudio?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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