Boletín 929

Título: DOS CAMINOS Y DOS DESTINOS

Pasaje: Filipenses 3:12-16

Todos los caminos conducen a Roma”, es una expresión que tuvo su origen en el imperio Romano, debido a la multitud de caminos que se construyeron en esa época, casi 400 vías y más de 70.000 Km de longitud. Se usa esta expresión para expresar que cualquier decisión que tomes te llevará al mismo destino.

Sin embargo, la realidad es que existen solo dos caminos, el camino ancho y el angosto y los dos llevan a destinos muy distintos Mt.7:13-14:

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”

En el capítulo 3:17-21 de Filipenses se nos habla de estos dos caminos y el destino de cada uno de ellos.

El camino de la salvación implica imitar a Cristo, seguir sus pisadas, siendo ejemplo para otros que nos observan. Este camino implica también la negación de sí mismo, tomar su cruz y seguirle (Mt 16:24). Como ciudadanos del cielo, tenemos una norma de vida y una forma de pensar contraria a la que tiene el mundo que nos rodea. Asimismo, somos peregrinos que van rumbo a su hogar. Este camino finaliza en la glorificación de nuestros cuerpos cuando Cristo regrese.

El camino ancho, o sea el camino de perdición, por su parte, es transitado por muchos. Es una vida centrada en nuestro ego, gobernada por los deleites sensuales y en constante rechazo al evangelio. La forma de pensar de estos que transitan por este camino es terrenal o mundana. Este camino conduce a la condenación eterna en el lago de fuego. Trágicamente, los cuerpos de estos serán resucitados, pero no glorificados (Ap 20:13-15).

Piensa por un momento, ¿Qué camino estás recorriendo? La decisión que tomes hoy te llevará a la Gloria eterna o a la Condenación eterna.

TEXTO PARA MEDITAR

el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que solo piensan en lo terrenal.  Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” —Filipenses 3:19-20


DEVOCIONAL:

Lunes. Filipenses 3:17-21 

¿Por qué Pablo decía que imitaran su ejemplo y el de otros creyentes? ¿Qué tiene que ver esto con ser creyentes maduros? ¿Cuándo un creyente puede decirle esto a otros?

Martes. Filipenses 3:17-21 

¿Cómo es el camino de los que rechazan a Cristo? ¿Cuántos andan por él? ¿Cuál es el final de ese camino? ¿Cómo se sentía Pablo cuando hablaba de esto? ¿A que nos debe mover el saber esto?

Miércoles. Filipenses 3:17-21 

¿Cómo es el camino de los que aceptan a Cristo? ¿Cuál es el final de ese camino? ¿Cómo es ser un ciudadano del cielo?

Jueves Filipenses 3:17-21 

¿Cómo es nuestro cuerpo actualmente? ¿Qué características tendrá el cuerpo transformado del creyente?. Ver 1 Co 15:42-53. ¿Qué se dice acerca del cuerpo de resurrección de los que rechazan a Dios? Ver Ap. 20:13-15.

Viernes Filipenses 3:17-21 

¿Qué enseñanzas le dejó todo el pasaje?

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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