Boletín 939

El mundo moderno se jacta de tener un inmenso conocimiento acumulado que está al alcance de todos. Se espera que cualquier pregunta que tengamos nos la resuelva un buscador de internet o la inteligencia artificial. Pero lo irónico de esto es que el ser humano no es capaz de aplicar tanto conocimiento a su vida personal o a sus relaciones interpersonales. Cada vez hay más inestabilidad emocional, enfermedades mentales, conflictos en la familia y guerras. La epístola de Santiago, capítulo 3 nos desafía con una pregunta retórica; ¿eres sabio y entendido?

La verdadera sabiduría se puede reconocer así:

  1. Proviene de Dios. Dios nos la entrega sin reservas cuando oramos (Stg.1:5). Debemos recibir el consejo de la Palabra de Dios con mansedumbre (Stg.1:21). Cuando actuamos sin considerar a Dios, somos sabios en nuestra propia opinión (Pr.3:5-7) y nuestro corazón nos engaña. En contraste, la falsa sabiduría es mero conocimiento intelectual que solo lleva a tener celos y ambiciones egoístas (Stg.4:14). Esta sabiduría es descrita como animal, terrenal y diabólica. O sea, mundana, propia del ser humano no regenerado, arrogante, procedente de Satanás y contraria al Espíritu Santo.
  2. Es práctica. Más que saber, es poner en práctica. “…muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre” (Stg.3:13)
  3. Nos ayuda a relacionarnos con los demás. Una persona sabia tiene un carácter bajo el control del Espíritu Santo. Puede ejercer templanza o dominio propio (Stg 1:19-20). También tiene control de lo que habla (Stg.3:2). Es también un pacificador y no actúa con dobles intenciones (Stg.3:17-18).

La verdadera sabiduría no se centra en sí misma sino en el bien de los demás. El conocimiento bíblico sin la práctica nos hace orgullosos, envidiosos, nos aleja de ser como Cristo y nos hace ser parecidos al mundo o a Satanás. ¿Qué clase de sabiduría tienes?

TEXTO PARA MEDITAR

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” —Santiago 4:13


DEVOCIONAL:

Lunes. Stg.4:13-18

¿De dónde proviene la sabiduría? ¿Cómo adquirirla? ¿Qué actitud debemos tener ante la Palabra de Dios? Leer Stg.1:21. ¿Por qué se debe orar pidiendo sabiduría?

Martes. Stg.4:13-18

¿Qué evidencias debe mostrar un creyente verdaderamente sabio? ¿Qué evidencias muestra un creyente que no es sabio? Leer además Stg.1:19-20.

Miércoles. Stg.4:13-18

¿Cómo debe ser nuestra forma de hablar? Leer Stg.3:1-12 ¿Qué tiene esto que ver con lo que hay dentro del corazón? Leer además Lc.6:45-46.

Jueves. Stg.4:13-18

¿De dónde vienen los pleitos y discordias? ¿Qué características de la sabiduría nos ayudan a resolver conflictos? ¿Qué es ser un pacificador? Leer Pr. 15:1 y Mt.5:9.

Viernes.  Stg.4:13-18

Haga un resumen de lo aprendido en la semana.

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Comunicador audiovisual y multimedial de Centro Ágape, área de comunicaciones, producción y medios.

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